Llega sin avisar, sin invitación, ella simplemente decide instalarse en tu casa , y de echo te lleva un tiempo notar su presencia.
Es mezquina, te enreda día a día, disfruta verte como te derrumbas y caes de rodillas, de un soplo llega y te observa, te escucha y toma nota de cada sueño, de cada risa .
Lo tiene todo controlado, ella quiere meterse en cada ranura, necesita oler tus miedos, abrazarte tan fuerte que tu adn sea un cócktel mortal en cada célula.
Todo lo planea con tanto esmero que el tiempo para ella es un aliado, no tiene apuros , porque sus planes son quedarse , derrumbar todo a su paso.
No te busca por puro azar, ella se alimenta de ilusión , necesita que sus víctimas sean fuertes ante todas las adversidades, que cuando se caigan se levanten aún con más fuerza...
No te quiere flojo, porque si abandonas la batalla ante la primera caída todos sus planes seria en vano.
Su enredadera de dolor comienza a crecer por las paredes, se mete en tu armario y te sonríe en el espejo cada mañana.
Para cuando notas su presencia, ya se divirtió con los primeros dolores que te causó, ya la podes ver, ahí sentada en tu sofá, te observa como lo hace desde que se colo por la puerta sin que te dieras cuenta, se divierte con tus ilusiones, teje los hilos de tu vida , y los enreda sin ponerle un fin.
Lleva en casa ya 11 años, ahí sentada, a veces la miro, la ignoro, pero sigue ahí.
La veo cuando me levanto a la mañana, me sonríe recordándome que la siento, cada noche en el espejo le juro que la quitaré de casa un día, o quizás ella sola dejara de vivir en mi sofá.
No intentes entablar un diálogo con ella, ya lo intente, y le hable con él corazón roto, le intente hacer entender que ya no puedo sufrir más, que lo entendí todo, que soy fuerte si es lo que tenía que aprender.
Que ya es hora de que se vaya, de que deje de atormentarnos, me escuchaba, y yo creía que nos entendíamos, pero se río de mi y no se fue.
Es la sombra a la luz del día, es el ojo de una tormenta en tu cocína, y sigue ahí sentada sonriendo como el primer día.
Ella no tiene rasgos, no tiene colores, pero la hueles, sabes que esta justo detrás de ti.
Ella logra arrancarte las lágrimas en cualquier momento, sabe que se metió dentro de ti, sabe que tiene el poder de romper tu estantería, de destrozar todo lo que vuelves a armar.
Muchas veces creímos haberla quitado de casa, festejamos porque no la veíamos, y se podía sentir el triunfo con sólo abrir las ventanas.
Pero ella también sabe esconderse, es parte de sus planes hacerte creer que todo se termino, que quizás encontró otra casa donde habitar, pero una mañana la ves ahí en tu reflejo, y te mira dentro, te congela el alma y te recorre cada centímetro de la piel.
Duerme en tu cama, se sienta en tu mesa, te llena los rincones con su dolor, ella está sentada en tu sofá sin tener otra cosa mejor que hacer.
Luego de tantos años ya no la veo, pero se que esta ahí, se llevo muchos años de mi lucha , se alimento de cada lagrima que no pude evitar, se río de los meses que caían en mi calendario.
Me vio intentando tejer todo lo que ella destrozaba, me siguió en cada paso hacia la reconstrucción y en cada caída que dejaba nuevas cicatrices en mi piel.
Sigo hablándole , pero no me responde, y cuando la tristeza no me deja sonreír se que ella se siente más fuerte .
Así que me seguiré levantando cada vez que ella me derrumbe, no se si algún día pasará mi puerta para no regresar.
Quizás antes de que mi calendario quede sin fechas posibles ,tenga la dicha de no verla, quizás...
Pero si ella persiste, y sigue en mi sofá durante el tiempo que nos quede , no le sera fácil llevarse mis sueños, porque esos son un puente que no puede alcanzar, y ahí es donde yo gano.
Así que si en tu sofá ella decidió vivir , baila , ríe cuando quieras llorar, que la fuerza de tus sueños sea la batalla que ganemos ante ella, porque este camino lleno de piedras y caídas nos conviertan en las personas fuertes que aprendieron a vivir con ella en tu sofá.